Lozoya, un pueblo singular
El término municipal de Lozoya aparece rodeado por la Sierra de Guadarrama, con un relieve especialmente montañoso, donde predominan los terrenos rocosos de granito y caliza. El río Lozoya y el embalse dividen el término municipal en dos, dejando al norte la vertiente sur de la sierra de Guadarrama y configurando una serie de pequeños valles por los cuales discurren numerosos arroyos. Al sur del embalse podemos econtrar la ladera norte del monte llamado Mata de los Ladrones, en el que apenas se conforma algún cauce de menor entidad.
Las primeras noticias que se tienen de este término se circunscriben al ámbito medieval. La principal fuente de subsistencia de los vecinos por entonces, igual a la de todos los pueblos del valle, era la ganadería y la agricultura, ésta última reducida al ámbito de consumo familiar.
Un poco de historia
Los primeros pobladores del valle del Lozoya están datados, según los yacimientos arqueológicos, hace unos 100.000 años. Muchos siglos después serían los Arévacos los que poblaron estos Montes Carpetanos, resistiéndose al dominio de las legiones romanas. Pero hasta el siglo XI no se puede considerar la fundación de Lozohia mediante una repoblación de tierra conquistada después de múltiples reyertas entre cristianos y musulmanes.
Este valle fue gestionado por la Sociedad de Quiñones, dependiente del Concejo de Segovia, que obligaba a aquellos que se establecieran en ellas a fabricar casa y poseer caballo propio que valiera 200 maravedíes y sirviera para asir y portar lanza.
Estos Quiñones de Lozoya son los antecedentes de los actuales municipios del valle. Los recursos naturales eran bienes comunales administrados por unidades administrativas menores: los sexmos. El Sexmo de Lozoya es una figura que continúa en vigor, y es el Alcalde el sexmero o representante del mismo. Hasta el siglo XIX la zona vivía de la explotación de sus recursos naturales (aprovechamiento de los pinares, fabricación de carbón vegetal de roble y productos ganaderos) además de un pequeño sector industrial: fábrica de papel, caleras de caliza, diversos molinos harineros, batanes y telares de lino.
El fin de siglo atrajo la atención de los pedagogos de la Institución Libre de Enseñanza quienes empezaron a divulgar los encantos de estos rincones como recurso educativo y patrimonio para el ocio, y la conservación. Después, fueron la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara y la Generación del 27 los que impulsaron y convirtieron el valle en importante centro de atracción para los madrileños y seña de identidad para la Sierra Norte.
Fuente: Wikipedia
Sucesos singulares acaecidos en Lozoya
– Boda de Juana la Beltraneja: casamiento de la Princesa Doña Juana «La Beltraneja» con el Duque de Guyena – hermano de Luis XI de Francia, en la ceremonia de la Val de Lozoya.
– La peste de 1599: la epidemia de fiebre entra en España, Lozoya no deja de ser visitada por el «contagio de secas», acabando con la vida de doscientas cincuenta personas. El seis de Agosto del año 1600, como gratitud y en desagravio hacia Dios Nuestro Señor y Salvador, para que no volviese a repetirse otro azote tan atroz de peste, se hace un voto que entraña especial interés por significar el inicio de la tradición festiva del patrono de Lozoya: «El Salvador».
Lugares de interés
El rollo
En febrero de 2012 el rollo de Lozoya volvió a ocupar su sitio original en la calle Juan Martín, detrás del Ayuntamiento, después de muchos años olvidado en el cementerio viejo. En estos momentos estamos recopilando información sobre la historia y antigüedad de nuestro rollo, pero lo que sí podemos aportar es su utilidad y significado en general en la historia de España:
El rollo se levantaba en las ciudades que tenían la consideración de Villa. Su finalidad era avisar a los forasteros de que la ciudad tenía Alcalde y Juez propios para juzgar delitos en primera instancia.
En las villas existía la costumbre de sentarse en las gradas del rollo tanto para conversar con los vecinos como para realizar concejos o reuniones del pueblo. Los vecinos de mayor categoría social o política se sentaban en las gradas más altas.
Las picotas, que datan del siglo XIII, son columnas de piedra más o menos ornamentadas sobre las que se exponían, colgados de sus pinchos, los reos y las cabezas o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad civil.
Hacia el siglo XV, aun siendo el rollo y la picota distintas en su origen, acabaron fundiéndose en un único monumento que cumplía las dos finalidades, como símbolo jurisdiccional y exposición y castigo de maleantes.
Puente del Congosto
Se halla emplazado junto a la carretera comarcal 604 en el Km. 11,800, aguas abajo del embalse de Pinilla, por el que transcurre el actual Camino Natural del Valle, y el que fuera, hasta finales del S. XIX, el camino principal de carruajes de acceso al Valle.
Llamado también Puente Canto o Puente de la Horcajada, se levanta sobre una estrecha y profunda garganta en un entorno de gran belleza. Se trata de una construcción de mampostería medieval muy tosca cimentada directamente sobre la roca, que representa una bóveda de medio punto de seis metros de luz. Los primeros datos que tenemos sobre este puente se remontan a época medieval recogidos en el Libro de la Montería de Alfonso XI del siglo XIV.
Parroquia de El Salvador
La Iglesia Parroquial de El Salvador se encuentra situada en la zona norte del casco, en una plaza rectangular. La construcción original de la Iglesia de Lozoya fue máximo exponente del gótico y plateresco en toda esta sierra. El aspecto actual difiere mucho de aquél del siglo XVI, las remodelaciones forzadas comienzan en el XVIII -por un incendio, aunque un posible terremoto también pudiera ser la causa- y debieron continuarse al finalizar la Guerra.
Se trata de una construcción exenta, realizada a base de muros de carga de mampostería, enfoscados en blanco, con refuerzo de sillares de caliza en sus esquinas. Su planta es de cruz latina, de tres naves -la central de mayor altura-, y capilla mayor poligonal. Dichas naves aparecen separadas por pilares sobre los que se apoyan arcos de medio punto, siendo apuntado, en cambio el arco triunfal. Se cubren las naves con armadura de madera y el crucero y la capilla mayor con bóveda de crucería. En el interior destaca una puerta gótica, situada en el crucero, por la que se accede a la sacristía.
Los elementos más significativos que podemos ver son la bóveda de crucería de la capilla mayor, un púlpito situado a la derecha de la escalinata que accede al altar, la portada plateresca situada en el lado este -de tipo toledano, relacionada con la escuela Covarrubias, realizada en caliza-, los arcos, la ventana renacentista de la sacristía, y el retablo.
Casa solariega de los Suárez de la Concha y posterior convento
La antigua casa solariega de los Suárez de la Concha, Señores de Lozoya, se remonta al S. XVI. Ocupa, junto a su antigua huerta, una gran manzana irregular en el centro del casco urbano. Posteriormente perteneció a los Marqueses de esta Villa, hasta que el VI marqués se lo vende a D. Mariano Pastor, vecino de este pueblo. Este vecino acondiciona el edificio y ofrece los medios para que, a través de la Reina Isabel II, se dote a Lozoya de una escuela de niñas. Se funda para este fin un convento de la comunidad de Religiosas Concepcionistas Franciscanas descalzas, de la orden de Sor Patrocinio (La monja de las llagas). Llegan 15 monjas. Funciona como tal de 1861 a 1868. Posteriormente, los propietarios se deciden a vivir en este enorme edificio. A principios del S. XX esta familia establece en él un Café y en 1936 una fonda.
En la actualidad, esta finca pertenece al Ayuntamiento, y a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid se está acometiendo su restauración integral en diferentes fases. La primera, de restauración de la cubierta, concluida en junio de 2023.
Ayuntamiento
Data de 1698, en sus orígenes fue caserón de la familia Contreras. El tercer Marqués lo donó al municipio para la instalación del concejo.
Adosada a la pared de cerramiento de la finca del convento vemos una bonita fuente de sillares graníticos con tres torres coronadas por gruesa bola.
La plaza mayor se ha empedrado con bloques graníticos de perfecta labra y corte que forman dibujo circular radial relleno, junto con la colocación de farolas de estilo Fernandino dan un tinte rústico.
Fuente de los Cuatro Caños
Recientemente restaurada, recibe su nombre de los cuatro surtidores agrupados en parejas en sendos poyetes por los que mana el agua que se acumula en un gran pilón rectangular de piedra y está fechada en 1791. Antiguamente daba nombre a la plaza, que era conocida como Plaza de la Fuente, hoy Plaza del Marqués de Lozoya.
Tradicionalmente fue empleada como abrevadero para el ganado de los vecinos del pueblo. Es una parada obligada para los que deseen probar la famosa y fresca agua de Lozoya.
Ermita de Nuestra Señora de La Fuensanta
Constituida originalmente en el siglo XVIII, fue destruida durante la Guerra civil y reconstruida por la Dirección General de Regiones Devastadas. En ella se celebra una romería todos los años, el último fin de semana de mayo, a la que acuden los vecinos y otras gentes de la comarca.
Es de planta cuadrada, construida en mampostería revocada con sillería vista en las esquinas como refuerzo. La cubierta es de pizarra, a cuatro aguas tanto en la ermita como en el pequeño campanario y a tres aguas en el pórtico de entrada, que se resuelve con un arco de medio punto con dovelas de sillería y que reposa sobre dos columnas cuadradas de piedra. En la parte posterior de la Ermita existen mesas de picnic para disfrutar de una buena comida.
Está situada a unos 2 kilómetros del casco urbano, próxima a la carretera del puerto de Navafría (M-637), en la terminación de la Calle Tercera de la urbanización Las Cuestas.